La mirada de un párroco, desde la esperanza y el optimismo. Ésta es la propuesta del autor de estas reflexiones que tendrán una periodicidad quincenal.

sábado, 26 de noviembre de 2011

¡Qué tiempos éstos!


A menudo y sobre todo en tiempo de crisis, los cristianos nos preguntamos: ¿Qué tengo que hacer?

Vamos a comenzar el Adviento y me llena de optimismo las palabras de Benedicto XVI en su viaje a Benin en África: ¡¡¡ Esperanza!!! “Que la Iglesia católica en África sea siempre uno de los pulmones espirituales de la humanidad y se convierta cada día más en una bendición para el noble continente africano y para todo el mundo”. Así concluye el Papa la exhortación cargada de palabras de aliento para animar a trabajar a los católicos africanos a favor de la nueva evangelización. “Levántate, Iglesia en África, familia de Dios”.

sábado, 12 de noviembre de 2011

¡¡¡Mis estimados bancos!!!


Si los primeros cristianos, el grupo de los primeros seguidores de Jesús, viesen cómo funcionamos ahora, se sorprenderían. O, dicho con mayor precisión: se escandalizarían.
   
Ellos, cuando después de la muerte del Señor tuvieron la experiencia impactante y trastornadora de su presencia viva, la experiencia de su resurrección, empezaron a reunirse para vivirla, para reflexionarla, para celebrarla. Se reunían cada semana, para recordar las palabras de Cristo, para profundizar en lo que esto significaba para sus vidas, y para repetir el gesto que Jesús había dejado como presencia suya: el gesto del pan y el vino, el don de la Eucaristía.

Algunas veces he sentido la tentación de empezar la homilía diciendo “Mis estimados bancos”, en lugar del tradicional “queridos hermanos", porque los bancos de delante están completamente vacíos mientras los del fondo de la iglesia están bastante llenos, pero apartados los unos de los otros...