La mirada de un párroco, desde la esperanza y el optimismo. Ésta es la propuesta del autor de estas reflexiones que tendrán una periodicidad quincenal.

sábado, 28 de abril de 2012

Pequeños (grandes) recuerdos (IV)


Mi amigo Germán, ya entrado en años, tiene de vez en cuando, la mala costumbre de fumarse un cigarrito junto a una cerveza, y hoy domingo, sentados en una mesa en la calle y cerca de la parroquia, me preguntó sobre mis andanzas de juventud.
 
Para ser sincero, te diré German, que hay acontecimientos de hace un par de años y que no recuerdo, pero al remontarme al año 1965 no tengo dudas, pues fueron experiencias que se grabaron gratamente en mi vida. Entre ellas, lo que aconteció a los dos días de mi visita a Turín y que ya te he contado.

Han sido muchas las veces que he viajado a Venecia y algunas no las recuerdo, pero aquella primera vez no se me olvidará jamás.

Cargado con mi mochila me dejó un camionero de fruta en la pequeña ciudad de Marguera, que está en la costa, y me dispuse a recorrer el famoso puente “Translagunero” que llega a la Plaza de Roma y une las ciento veinte islas de Venecia con el continente. Después, se une como por encanto isla con isla mediante cuatrocientos cincuenta puentes y puentecillos.

sábado, 14 de abril de 2012

Caminando por la cincuentena pascual


Hace unos días, paseábamos mi amigo Germán y yo por la Avenida del Colesterol, esto es, por delante del nuevo Hospital La Fe, y me comunicó sus impresiones sobre la experiencia que habrán tenido en la semana de Pascua en Tierra Santa los hermanos que han participado en la peregrinación que ha presidido nuestro Obispo Don Carlos, en el curso de la cual éste, entregó a los franciscanos del convento de la Santa Cena, una replica del Santo Cáliz. Y como tantas veces mi amigo, que es un hombre de buenas creencias cristianas, me lanzó también esta reflexión.

Nuestras comunidades cristianas no viven hoy en general días gloriosos, como aquellos primeros en los que la gente "se hacía lenguas de los cristianos" y "el número de los que se adherían al Señor" crecía visiblemente. Nuestras asambleas decrecen numéricamente, como muestran implacablemente las estadísticas de la práctica dominical; la edad media de los practicantes, comenzando por la de aquéllos que presidís la asamblea eucarística, se hace cada vez más alta, y con frecuencia nos quejamos de la ausencia de los jóvenes en nuestras celebraciones y echamos de menos en ellas a veces incluso a los que nos son más próximos.