La mirada de un párroco, desde la esperanza y el optimismo. Ésta es la propuesta del autor de estas reflexiones que tendrán una periodicidad quincenal.

sábado, 13 de abril de 2013

Una Pascua muy especial



Durante estos días de la Pascua, la liturgia, tanto en la Eucaristía dominical como en el Oficio de Lecturas, leemos el Apocalipsis. Es un libro de difícil comprensión, escrito para cristianos comprometidos en vivir su fe en tiempos adversos. Saborearlo con calma puede estimularnos a vivir también valientemente nuestra fe en una sociedad que se proclama "post-cristiana".

Su autor se llama Juan, sin más apelativos. Pronto, en la tradición cristiana, fue identificado con el apóstol Juan, autor del evangelio y de las cartas que llevan su nombre. Sin embargo, a mediados del siglo II, Dionisio de Alejandría afirmaba que su autor era un Juan distinto del apóstol. Basaba su afirmación en la diversidad de lenguaje y de estilo entre el evangelio y el Apocalipsis. Su opinión fue seguida por Eusebio de Cesarea y por la mayoría de exegetas actuales.

Al estilo de los profetas del A.T., el autor empieza explicando su experiencia personal de fe. La experiencia de identificación con Jesús en los sufrimientos del destierro en la isla de Patmos, situada a unos 80 Km. de Efeso; y también en la victoria de su resurrección por medio del bautismo. Tribulación y realeza que comparte con los demás cristianos. Pese al aislamiento se siente muy cerca de ellos.